martes, 31 de enero de 2012

Mick Roberts, Enormous! y la historia del tío que observaba rabos en los baños de la disco en Cuenca




Más de uno se pondría en medio de la calle a revisar paquetes de todos los tíos que van pasando cerca, y es que nunca se sabe qué clase de chaval te va a sorprender al bajarse la cremallera o desabrocharse los botones del pantalón, comenzar a bajarlos y que de repente salga disparada como un resorte una pedazo polla enorme que te golpee en toda la cara, o mejor, que se quede enorme en su estado original, agachar la cabeza y comenzar a recoger semejante miembro con la boca comenzando por el capullo.

Aunque pueda parecer algo poco habitual, hace unos años conocí a un chico que se tiraba toda la noche los fines de semana en un local de Cuenca apoyado contra la pared de los urinarios del servicio haciéndose el borracho, vamos, que el tío se lo montaba bien viendo pasar por allí más de 200 rabos cada noche. Cuenta la leyenda por allí que era tan vicioso que acabó una noche con cuatro tíos heteros detrás de la plaza mayor cerca de ese local, en una pequeña esplanada con árboles que bien es cierto que ahí uno puede hacer de todo, que sólo querían jugar y que le metieron bien de polla por turnos dejándole el culito bien mojado.

No sé si al chaval le molaría, supongo que se fue por voluntad propia y placer le daría cuando por aquel entonces una vez me habían contado la historia, seguía allí, yo mismo comprobé como el chaval me miraba bien el rabo mientras meaba, el muy cabrón encima me sonrió, aunque no pasó nada más. Hay gente para todo.






Pues al tema, que hay tios que disfrutan mirando pollas, creo que nos podemos englobar todos, jeje. Mick Roberts, el chaval que ocupa esta entrada (no, no es el famoso tio de los servicios), ya me sorprendió la primera vez con su vídeo, aunque por aquel entonces me pilló por sorpresa porque no me esperaba lo que iba a sacar de los pantalones. Recuerdo que me quede con la boca abierta observando esa pedazo de enorme polla que parecía inacabable, ni siquiera me toqué (sí lo hice a la segunda eh, como homenaje al chaval), era perfecta, enorme, grande, gorda, recta.
Pues eso, a la segunda vez me corrí mientras le miraba, pensando cómo encajaría esa polla en un buen culito, pensando en cómo chupaba esos huevos con la boca y recorría todo el tronco hasta llegar al capullo, hasta que echaba la leche como una fuente. Encima al tio le encanta comerse la lefa.

Ahora llega por segunda vez con Mick Roberts Enormous!. Sólo cambia el color de la camiseta, pero la polla, su preciosa polla sigue siendo la misma, y la corrida final no tiene desperdicio, en toda la camiseta y encima chupándola para acabar el plato.

Buen provecho cabrón.





Puedes ver un adelanto del vídeo en la página para la que trabaja el chaval, una página donde sólo hay tíos con grandes pollas que se masturban o se hacen auto felaciones:

You Love Jack: Mick Roberts Enormous!

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